La mayoría de los viajeros no son pacientes por naturaleza, no va con su tipo de personalidad. Sin embargo, con los viajes y la experiencia, notan que van adquiriendo esta virtud. En definitiva, viajar te ayudará a ser una persona más paciente lo quieras o no. Te explicamos cómo y las razones.
5 formas en las que viajar ayuda a las personas a ser más pacientes
1. Aprendes a esperar
Esperar se convierte en un hábito para los viajeros. Al principio estarás impaciente en las salas de espera, pero no tardarás en acostumbrarte. Después de haber viajado lo suficiente, incluso llegarás a percibir la espera como una parte divertida del viaje. Tendrás nuevas ideas de cómo aprovechar ese tiempo y no lo padecerás tanto.
2. Aprendes paciencia al hacerte entender
Cuando viajas a países de otros idiomas, la comunicación siempre será un desafío en el que tendrás que desarrollar mucha paciencia. Cuando intentas hacerte entender, a menudo pasará que tendrás que hablar lento, repetir las frases una y otra vez y tener la paciencia de esperar que alguien entienda tu mensaje. Muchas personas al principio se exasperan en este proceso, pero con el tiempo, aprendes a ser más paciente y templado en esto.
3. Disfrutar el tiempo en cautiverio
Cuando estás en un vuelo, en un tren o en un bus, no hay nada que puedas hacer para llegar más rápido al destino, no depende de ti. Este tiempo de “cautiverio” a muchas personas las desanima para hacer más viajes, pues no soportan estar tantas horas sentados en un sitio; y esto es un signo de impaciencia. Pero cuando ya has viajado lo suficiente, aprendes a pasar el tiempo que sea necesario sin afanarte, sin estresarte y sin impacientarse. Disfrutas de la vista y el camino.
4. Dejas de sentir ansiedad por el viaje
La ansiedad y la paciencia son opuestas. Cuando tienes poca experiencia, te pasará que planificarás tu viaje y estarás muy ansioso porque llegue el día. No nos referimos a la emoción de viajar, sino a esa manía de sobre pensar, ver mil escenarios en uno y no poder enfocarse en la vida diaria sino en el viaje que no ha llegado. Viajar te enseña a vivir un día a la vez y a esperar que el día llegue sin sentir ansiedad.
5. Conoces diferentes culturas
Viajar también te enseña a sentir más empatía y con ello más paciencia. Recorrerás destinos con ritmos de vida muy diferentes, algunos muy acelerados donde se dice que el tiempo es dinero, otros tan lentos que sentirás que el tiempo se ha detenido en ese lugar. El enfrentarte a culturas tan diferentes y tener que vivir el tiempo que estés allí a su ritmo, te ayudará a ejercitar mucho la paciencia.
En síntesis, los viajeros experimentados bien podrían competir como las personas más pacientes del mundo. Y la mejor noticia es que a mayor paciencia, mayor salud del corazón, de la mente y del sistema digestivo. Así que, viajeros, aprendamos a ser más pacientes en cada viaje.